martes, 5 de febrero de 2008

The Boneyard (1991)

Esta película posee una heroína cuidadosamente caracterizada algo muy raro para una película de terror, una famosa médium llamada Alley (Deborah Rose) que se retira después de una investigación policial en la que un psicópata ha asesinado un montón de niños. Cuando los detectives Jersey Callum (Ed Nelson) y Gordon Mullin (Jim Eustermann) acuden a su casa para pedirla ayuda en un extraño caso de tres niñas que encontraron asesinados encerrados en el interior de un cuarto de la funeraria, junto a los cuales había restos de carne humana a medio comer, ella se niega rotundamente. Pero después de sufrir una extraña pesadilla, Ally cambia de opinión encontrandose con Jersey y Gordon en el depósito de cadáveres (llamada cariñosamente “la chatarrería” por la gente que trabaja ahí) para ver si consigue tener una visión estudiando los cuerpos de los niños. La lectura que consigue no es nada bueno, los tres niñas son personas realmente macabras, la visión comienza con los niñas acudiendo en dirección a la funeraria, que incluye a la estricta Sra. PoopinPlatz, el forense Shephard y un intento de suicidio fallido por parte de Dana.
El film comienza con una trama lenta, en la que se va construyendo las relaciones de los personajes (sobre todo entre Jersey y Alley y entre Gordon y Dana) mostrando algo realmente significativo para el espectador. Cuando empiezan a aflojar todas las escenas de infierno en el depósito de cadáveres y las personas empiezan a ser comidas por estas niñas morbosas, nosotros empezaremos a tener especial interés para ver que les sucede a cada uno de ellos. El principiante director y el experto en efectos especiales James Cummins, como entendidos del tema construyen una película donde solo están interesados en el asesinato de los personajes, que es lo que más ansía el espectador. Encontrándose Alley ante un gran problema, como conseguir salir de ese infierno con vida. Habiendo sangre e intestinos a raudales, los ventiladores llenos de sangre coagulada y algunas escenas graciosas de transformaciones (especialmente cuando el animal favorito de la Sra. Poopinplatz un perro de lanas, como los restos de una persona muerta), pero Mr Cummins entiende que la casquería tiene que estar presente en la historia, mostrándolo a intervalos cortos durante toda la película, felicitándole por ello. Posteriormente, James Cummins ha dirigido dos películas: Dark: 30 (1993) y Harbinger (1996), siendo estás últimas, realmente difíciles de conseguir.

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