El mundo palidece de terror ante los yurei

En la última decada se han popularizado las películas asiáticas de fantasmas (Ju-on, Ringu, Shutter…), debido a que no aparece el típico fantasma translucido y donde nos muestran un tipo de fantasma diferente, el yurei. Algunos espectadores han caido en el error de considerar a los yurei (popularizados con la película Ringu) como un producto novedoso, cuando no es así, ya que desde los orígenes del cine de terror japonés, los fantasmas siempre han tenido el mismo aspecto.
El yurei aparece en la tierra cuando una persona no ha recibido el apropiado rito funerario, ha sufrido una muerte violenta, o simplemente por un sentimiento de odio o venganza. Por lo que la única forma de apaciguar a estos fantasmas es que cumplan su objetivo o celebrando el rito funerario necesario para que puedan pasar al purgatorio.
En Japón, cuando una persona muere se le viste con un kimono blanco, ya que la vestimenta blanca limpia el alma del difunto. Tanto en oriente como en occidente, los fantasmas siempre se manifiestan con la ropa que han sido enterrados, por lo que no es de extrañar que en todas las películas los fantasmas nipones siempre aparezcan de blanco.
Antiguamente, las mujeres creían que su melena negra poseía alma y se lo cuidaban mucho. Para ellas, tener el pelo alborotado expresaba una emoción contenida, como una profunda cólera o rencor que una mujer deja escapar con el fin de obtener venganza.
Actualmente, es costumbre en Japón que los yurei vengan representados por los actores principales, sobre todo la actriz, ya que los fantasmas masculinos se los reservan para muertes heroicas en batallas. Con lo que combinando todos estos elementos, los japoneses han conseguido obtener un fantasma muy singular y especialmente terrorífico, no solo para el público japonés y oriental, sino de cualquier parte del mundo.