Los alienígenas que nos conquistaron desde el espacio

Aunque los extraterrestres en la cultura popular hicieron su aparición formal en la literatura de la mano de H.G. Wells en La guerra de los Mundos, sería el cine, el medio por excelencia de la cultura popular del siglo XX, el que se ocuparía de trasmitir y popularizar la imagen del extraterrestre de manera indelible a la retina de los espectadores.
The Man of Planet X (1951) es una película, que presenta la cercanía de un planeta desconocido que se aproxima peligrosamente a la Tierra y cuyos efectos producen pánico y catástrofes en nuestro mundo, atizadas por la visita de seres de ese universo.
Gorath (1962), por su parte, constituye una versión japonesa en torno a un objeto desconocido que se acerca: un planeta que absorbe todo lo que se le envía y cuya trayectoria implica la colisión inevitable con la Tierra. La solución propuesta para escapar niega todas las posibilidades de la física al apartar nuestro planeta del camino de Gorath. Una entidad semejante a Gorath aparece más tarde como arma de destrucción que amenaza a la Tierra, The Fifth Element (1997), comedia en la que se mezclan las más difundidas teorías acerca del paleocontacto con situaciones de acción y mezcla de razas alienígenas cada una con sus propias características y objetivos.



El tratamiento de este tema en el cine refleja las posturas de cada época y ha variado la representación de los extraterrestres, los cuales se presentan como invasores (Invasion of the Body Snatchers, 1978; Independence Day, 1996; War of the Worlds, 2005), mensajeros de paz (The Day the Earth Stood Still, 1951), náufragos en busca de ayuda (Superman, 1978; Alien Nation, 1988), cazadores de talentos para tareas conjuntas (This Island Earth, 1955; The Last Starfighter, 1984), investigadores que estudian a los terrestres (Hangar 18, 1980; Starman, 1984; Taken, 2002), megalómanos que se creen dioses (Stargate, 1994), buscadores de alimentos o de ADN fresco (V, 1983; Progeny, 1998), o aprovechados de las condiciones que les proporcionan la Tierra y los humanos (Village of the Damned, 1960).