Aparte de ser unos seres que por su naturaleza provocan terror, también los ahí que consiguen todo lo contrario, es decir, troncharnos de risa. La primera exploración de estos seres en el terreno de la comedia, se la debemos a Roman Polanski con la película El baile de los vampiros (1967), donde el profesor Ambrosius y su asistente Freddy viajan a Transilvania para combatir al vampiro conde Von Krolock y a su hijo homosexual. Aunque Polanski mantiene su tono hilarante durante casi toda la película, logra excepcionales secuencias de terror, consiguiendo un producto original y de gran belleza visual.
A partir de ese momento aparecerían películas como Amor al primer mordisco (1979) e incluso hicieron hasta series de TV como El pequeño vampiro inspirada en un personaje de la literatura infantil creado en 1979 por la autora alemana Angela Sommer-Bodenburg donde Antón se hace amigo de un niño vampiro llamado Rüdiger con el cual vivirá un sinfín de aventuras evitando al temible cazador de vampiros Geiermeier y ser la cena de la familia de su nuevo amigo.
También cabe destacar la entrañable producción animada Vampiros en la Habana (1985), uno de los pocos films de animación creados en España hasta aquellas fechas, en la que un científico vampiro crea el Vampisol, un elixir que permite a los vampiros pasear bajo la luz del sol, y que obligará a los estirados y siniestros vampiros europeos y los mafiosos vampiros norteamericanos, viajar a la Habana para hacerse con el control de la formula.
Posteriormente, han seguido sacando parodias de vampiros, pero quizás la más destacable sea la de Un vampiro en Brooklyn de Eddie Murphy, en la cual están muy cuidados los efectos especiales, y saben combinar de una forma equilibrada el terror con el humor.
miércoles, 26 de marzo de 2008
Los vampiros nos matan de risa
Publicado por Lord Vauxhall en 4:33
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